El arranque
- - Hola, Marina - - ¿Hola? ¿Me vas a cortar? - - ¡Ah! Es bueno saber que aún te interesa algo de mi vida - - No... No, esperá. Nos debemos una charla vos y yo, ¿ no? - - ¿Por qué no? ¿No creés que me debes una explicación? - - ¡Desapareciste, Marina! ¡Desapareciste de un día para el otro y nunca más supe de vos! - - ¡Por favor! Siempre hay otro camino - - ¡Ah! Ahora la irónica sos vos - - Pasaron 10 años, Marina ¡10 años! ¿Y no pudiste dar marcha atrás? - - Veo que todavía seguís aferrada a eso… - - No podés ser tan rencorosa y tan.. - - Eramos como hermanas. No dejo de extrañarte ni un día. - - Sos muy cruel. Además, lo decís desde una soberbia, como si vos fueras Madre Teresa de Calcuta. Vos tampoco hiciste nada aquella tarde. - - ¡Y sí! Yo hice lo único que podía hacer, frente al shock - - Pero ¿preferías vernos presas? ¿Eso querías? Bueno, fijate si la causa aún no