Oda a la heladera

Con tu gris envolvente, abrillantas los azulejos
Con tu frío silente, mis gastroenteritis alejo
Nunca más me dejes, ¡oh heladera!

Las bebidas extrañaron tu empaño
Los lácteos lloraron tu engaño
Nunca más nos dejes, ¡oh heladera!

Los huevos saltaron a la sartén
La carne murió, me cáche en dié
Nunca más nos dejes, ¡oh heladera!

Volverás en todo tu esplendor
El freezer nos brindará su bruto frescor
Y tú, heladera, enhiesta pese al dolor
Nunca más apagarás tu ventilador


.... Un agradecimiento especial a la heladerita de camping, que en estos días difíciles nos entregó todo su esfuerzo, creando espacios donde no los había y soportando la firmeza de los hielitos, más allá de lo que las leyes termodinámicas expresan.

Andrea M. Leiva

Comentarios

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