El Robatiempo

Este sujeto es una persona común, sólo que siempre está al acecho de que otros congéneres estén ocupados, entonces salta sobre ellos y les interrumpe la tarea. Claro, él se acerca con un propósito determinado, pero con el paso de los minutos este se desvirtúa. Las víctimas suelen olvidar el motivo de la visita.

Uno siente que estos seres se adhieren como unas sanguijuelas que nos quitan el tiempo, nuestro precioso tiempo. Nos impiden cualquier acción sin ninguna causa útil.


Considera necesario hacer  preguntas y en la mitad de las respectivas respuestas pierde absoluto interés en el tema.


Hay otra clase de robatiempos. Son los que cuentan historias y hechos poco importantes, con la única intención  demostrarnos su sapiencia, de cómo se deben hacer las cosas. Cuando su contrincante intenta vislumbrar una idea, lo hacen callar insinuándole que eso ya lo sabían. También suelen relatar peripecias de sus niños o sus perros de manera grandilocuente y detallada como si ellos tuvieran niños o perros con actitudes únicas en el mundo.
Otra forma de escamotear el tiempo es cuando proponen un proyecto en conjunto y uno, ilusamente, queda a la espera de la concreción, cuando ellos ya están en otra cosa. 


Van hurtando minutos, creyéndose ellos los dueños del tiempo ajeno y disponiéndolo como mejor les place.


Generalmente las personas normales están indefensas ante ellos y no se sabe cuando pueden atacar.


¡Ah! Algo muy importante. Observen que siempre andan con un maletín o bolsa, nunca se puede ver su contenido pero se ha comentado que en ellos guardan los días y las horas  robados al prójimo, después los acumulan en grandes arcones que poseen en sus casas. Esto les permite hacer uso de tiempos ajenos cuando quieran.


De ahí es que los robatiempos sean eternos.

Andrea - 1994

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